América Latina y el Caribe está constituida por 41 países muy diversos, algunos de ingresos medios como México y Chile, y países menos desarrollados, como Haití; estados insulares pequeños hasta vastos territorios como los de Brasil y Argentina. En este contexto, los principales retos para el desarrollo sostenible varían, pero existen importantes puntos en común.
A pesar de un desarrollo económico favorable, un 31,4% de la población de la región vive en situación de pobreza (CEPAL, 2011). Las disparidades de ingresos en América Latina son mayores que en cualquier otra parte del mundo, expresándose en el acceso y calidad de la salud, educación y servicios básicos como la electricidad y el agua potable. Los ecosistemas de la región son de importancia mundial, incluyendo a cinco de los diez países con mayor biodiversidad del planeta (Brasil, Colombia, Ecuador, México y Perú), así como el área de mayor diversidad biológica en el mundo: la vertiente oriental de los Andes. Sin embargo, esta riqueza está en grave peligro, ya que estos cinco países se encuentran también entre el grupo de 15 estados cuya fauna corre el mayor peligro de extinción.
La región también es rica en diversidad cultural y lingüística: más de 650 pueblos indígenas que hablan más de 600 idiomas. Esta diversidad es fuente de creatividad, crecimiento y desarrollo humano, pero también puede originar enormes tensiones sociales, exclusión y discriminación.
Los problemas del cambio climático global y las amenazas a la biodiversidad se han agravado considerablemente por la falta de protección de los bosques tropicales. Esto hace que la región sea aún más vulnerable a los fenómenos climáticos extremos, como ciclones, inundaciones y sequías, especialmente las pequeñas islas en el Caribe, aún más amenazadas por la subida del nivel del mar.
Fuente: unesco.org
Por: Andrea González e Ingrid Loera
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